Moro. Aldo Moro

 


Comenzaremos con una cita de aquel imperecedero hombre de Estado que fue Giulio Andreotti, que lo fue todo en el Estado y seguramente alma mater del Partido hegemónico por décadas en Italia, la D.C. Tan bien caracterizado en un film de 2.008 que lo tiene por protagonista absoluto: "Il Divo". Nos dice Don Giulio en alusión al Belpaese: "si uno quiere verdaderamente tener un secreto, no lo cuenta ni siquiera a sí mismo". En su Diario, concretamente el 14 de marzo de 1.977, anota Don Giulio un hecho, o una percepción, interesante: "Moro vino a verme después de haber hablado con Zaccagnini; está muy preocupado de que agentes extranjeros – de signo opuesto, pero unidos por el mismo fin de bloquear el eurocomunismo – puedan estar en acción para hacer saltar por los aires el equilibro italiano. No tiene elementos, solo sensaciones (....)".

A sólo dos días del secuestro, las Brigate Rosse hicieron público el comienzo de un proceso popular a Moro. Cossiga, máximo reponsable de la gestión del secuestro por parte gubernamental y Ministro del Interior, acude al Ejército para reforzar la acción policial, desplegando sobre Roma una tela de araña para que sobre la base de los puntos de control, los brigadistas cayesen. “Esterno Notte” relata una célebre reunión de notables en la que se puede observar el desnortamiento político de algunos mandos, así como su incapacidad de análisis de una situación grave de crisis en un sistema constitucional. Por otra parte, Giovanni Galloni, Vicesecretario de la Democrazia Cristiana, dio a conocer – aunque los brigadistas aun no entraran en esa fase – que no se pretendía negociar con los terroristas. Todo ello en un contexto político, antes del secuestro, ya muy enrarecido; por ejemplo, Taviani – uno de los grandes referentes de la D.C., uno de sus fundadores y con vitola antifascista – defendía en aquel entonces, según nos cuenta Leonardo Sciascia en “El Caso Moro”, apoyarse en la derecha, pactando con la derecha extrema del “Movimento Sociale Italiano” (M.S.I.) para solucionar la crisis del país / Estado.

Roma, 16-3-1.978: aparece un cadáver.

El cadáver de Aldo Moro fue encontrado en una estrecha calle, por lo demás no muy larga: Via Caetani. Tal calle se encuentra entre aquella en la que se ubicaba la sede del P.C.I. - Via delle Botteghe Oscure – y Via dei Funari, próxima a la Piazza del Gesú, donde se encontraba la sede de la Democrazia Cristiana, que nos introduce en el ghetto hebreo romano.

El "Grande vecchio" y el amigo mericano.

El "Grande Vecchio" (el "Gran viejo") es el gran personaje del terrorismo en Italia. El enigmático personaje podía ser una persona o varias, algún servicio secreto – no sabemos si de más allá o más acá del telón de acero -, una Organización como tal (con vocación de estabilidad o momentánea, para cumplir una misión agrupando aliados "no amigos"), etc. ¿Quién creó al personaje, el concepto de "Grande Vecchio"? Quizá el enigmático Americano que vemos en la apasionante serie de Marco Belloccchio "Esterno Notte" (https://www.filmin.es/serie/exterior-noche). Steve Pieczenik era ese asesor que fue enviado a Italia para ponerse al frente de la negociación entre las Brigatte Rosse y el Estado italiano. Negro sobre blanco, en 2.013 el americano manifestaba que en aquel momento la pretensión era cerrar todas las vías posibles que pudirean conducir a la liberación de Aldo Moro.

Steve Pieczenik.

Nacido en Cuba en 1.943, criado en Francia, hijo de padres de la Europa Oriental que habían huido de la invasión nazi, la familia emigró a Estados Unidos a los pocos años.

Licenciado en Psicología y Docor en Relaciones internacionales, Subsecretario de Estado adjunto con Kissinger, Vance y Baker, trabajó para la Administración con varios presidentes U.S.A.: Ford, Carter, Reagan y Bush (padre).

Especialista en las negociaciones para el supuesto de toma de rehenes, dimitiría como Subsecretario de Estado por la gestión de la crisis de los rehenes norteamericanos en la Embajada de este país en Irán.

Pieczenik en Italia:

Enviado a Italia por Jimmy Carter el 16 de Mayo de 1.978 en su calidad de gestor de crisis internacionales, para intervenir en las negociaciones para la liberación de Moro, líder de la Democrazia Cristiana. Fue miembro del "Comité de crisis" dirigido por el Ministerio del Interior Francesco Cossiga.

Con el tiempo haría importantes revelaciones: el Comité se puso en funcionamiento ante el temor de que el Presidente secuestrado llegara a revelar secretos de Estado para obtener la libertad. En su artículo "In defense of italian stronzo" (título hiperirónico), en homenaje a la figura de Giulio Andreotti con ocasión de su fallecimiento, Pieczenik se suelta al abordar el "caso Moro" (versión en italiano aquí: http://www.sedicidimarzo.org/2017/05/steve-pieczenik-in-difesa-di-un.html): partiendo de la idea de que Andreotti debe ser exculpado del asesinato de Moro, pasa a hacer importantes revelaciones (o al menos, como él dice haber percibido y vivido el acontecimiento): ".... Puedo afirmar categóricamente que el presidente Giulio Andreotti no tiene absolutamente nada que ver con el hecho de haberse negado a una negociación con las Briagas Rojas", que lo que pedían era la liberación de presos brigadistas a cambio de la de Aldo Moro; tras afirmar que muchos pensaban que Kissinger, la C.I.A., la Mafia o las fuerzas armadas estadounidenses colaboraran en el secuestro y habrían impedido su liberación (realidad que después de las amenazas de Moro de revelar secretos de Estado en perjuicio de Andreotti), el americano se descuelga con estas afirmaciones: "La verdad es que solo había dos personas directamente implicadas en la desición de no negociar CON LAS BRIGADAS ROJAS; una decisión que llevó en definitiva a la muerte de Aldo Moro: Uno era el Ministro de Interior, Francesco Cossiga, un brillante sardo que había estado próximo a Aldo Moro y que después se convirtió en primer ministro gracias a la muerte de Aldo Moro. La otra persona fue vuestro doctor Steve Pieczenik, Viceasistente del Secretario de Estado para la Gestión. Si alguien es culpable de haber ordenado que ningún hombre del estado italiano negociase con las Brigadas Rojas, ese alguien he sido yo". Transcribimos una parte (final) del artículo del amigo americano: ".... he llegado a Italia simplemente con mis pantalones vaqueros de mezclilla y he tomado un taxi para la embajada estadounidense. Aquí he recibido una información muy concisa de la CIA y de los funcionarios de la embajada estadounidense.

Después se me ha asignado un alojamiento seguro en el cual montaban guardia carabineros que eran totalmente incompetentes. Enseguida me he trasladado a un hotel. Poco después de registrarme, me he reunido con Franscesco Cossiga, un hombre de ojos intensos y de preguntas inspiradas; estaba desesperadamente en la búsqueda de una estrategia para salvar a su jefe, Aldo Moro.

En mi primera semana en Roma, había ya sido objeto de amenazas de muerte por las Brigadas Rojas. Claramente, alguien tenía informaciones desde dentro sobre mi presencia en Roma.

Cossiga me emtregó una Beretta de 7,4 milímetros, pero rechacé llevar también un chaleco antibalas. Comía todas mis comidas con la espalda contra la pared. La mayor parte de las noches no fui capaz de dormir, permanecía despierto toda la noche con mi Beretta apuntando a la puerta de la habitación del hotel, ciertamente que habría disparado a cualquiera que hubiese entrado.

Esta no es la historia de “The Bourne Identity” ni de “The Mechanic”. Pero lo que Cossiga y yo hemos hecho durante la seis semanas siguientes fue:

(1) Desarrollar una estrategia de negociaciones con las Brigadas Rojas.

(2) Mantener a todos fuera del juego, particularmente los políticos italianos, sobre todos Giulio Andreotti, porque mi pasada experiencia me ha enseñado que cuando está en juego la supervivencia de la Nación o del Estado los líderes deben estar alejados completamente de cualquier decisión a tomar.

Por lo demás, como había aprendido en la anteriores negociaciones para liberar rehenes, si el líder de un país se compromete en primera persona en las negociaciones, entonces los terroristas han ya vencido la guerra psicológica. Los terroristas tienen la Nación o el Estado en una situación de bloqueo en la que el miedo se vuelve dominante y el Estado empieza a desestabilizarse. En la época, esto era lo que estaba sucediendo en Italia.

Como anotación al margen, una parte importante del programa de estabilización fue Berlinguer, jefe del PCI, el Partido comunista oficial, acusado injustamente de alentar a las Brigadas Rojas, que fue efectivamente muy eficaz al ayudar a la “política de no negociación”. He descubierto durante la crisis que Berlinguer y Cossiga eran parientes y ambos sardos, por lo que valga.

El epílogo del secuestro de Aldo Moro ha sucedido precisamente como lo había imaginado. Aldo Moro fue “asesinado por las Brigadas Rojas” y los terroristas fueron capturados uno a uno.

Existen algunas revelaciones sobre estos hechos, a pesar de innumerables artículos, libros y también un film documental realizado por un agente del Mossad italo-francés. Este agente del Mossad siempre ha querido saber lo que he y cómo lo he hecho, y por cuenta de qué autoridad. El hecho de que Aldo Moro debería morir – era para mi ya un FAIT ACCOMPLI (un hecho consumado, ndr), sin deber estudiar durante horas la desastrosa situación italiana.

¿Por qué? ¿Cómo?¿Y de qué autoridad? Son preguntas a afrontar en otro momento y en otro lugar. El objetivo principal para mi ha sido la estabilización de Italia y la continuación de una Nación / de un Estado que funcionase. El otro objetivo: Eliminar a las Brigadas Rojas y también grupos neofascistas inspirados por Berlusconi y otros (Sic ! ).

En este proceso de estabilización de Italia con Cossiga nos fiamos de algunas valiosas personas que no pertenecían al SISMI y al SISDE, las dos agencias de seguridad italianas, en las que Cossiga no tenía confianza.

Este blog tiene el objetivo de corregir un momento de la historia en la que un pérfido político italiano debió permanecer en silencio y seguir las instrucciones de un espía americano. Y lo hizo.

He aquí una noticia que no podéis saber ….

Durante cuatro décadas, Cossiga y otros políticos italianos no quisieron admitir el hecho criminal en el que Aldo Moro había sido parte.

Aldo Moro ha sido uno de los mayores conspiradores, con ARAFAT, ABU NIDAL y GEORGE HABASH al permitir que MILLARES de bien conocidos terroristas palestinos transitasen libremente a través del aeropuerto de Roma, hacia lugares donde asesinaron innumerables víctimas: en barcos, en los países de América Latina y en otros lugares.

Cuarenta años después, Cossiga finalmente admitió que Aldo Moro había sido responsable de la muerte de muchos judíos y cristianos inocentes. Cuando se le dijo que fui yo quien lo subyugó para que Aldo Moro muriese por sus pecados. Cossiga se limitó a a sonreir y murmuró: ¡ el doctor Steve Pieczenik era más MAQUIAVÉLICO QUE MAQUIAVELO !

Cossiga jamás supo quien era yo realmente.

Pero Cossiga ha admitido al final de su vida que en realidad tenía razón en mis intuiciones.

Cossiga ha admitido en una entrevista que Aldo Moro había hecho un pacto con el diablo para dejar atravesar Italia terroristas palestinos; a cambio, estos habrían excluido Italia de actos de terrorismo.

Irónico. Los italianos han cambiado una forma de terrorismo por otra. En ambos casos habrían perdido, al menos uno, sino más, líderes de la Democrazia Cristiana.

Cossiga jamás supo que yo crecí a la sombra del HOLOCAUSTO. Cossiga nunca supo que el TERRORISMO era una parte innata de la socialización infantil …. crecí en la zona de guerra no convencional de Tlosa, en Francia; durante la guerra argelina por la independencia …. edificios explotados …. musulmanes, judíos y cristianos murieron en abundancia.

Estos son los recuerdos de mi pasado que me llevaron a ser un “experto de contra-terrorismo”, sea lo que sea lo que eso significase.

Mi sospecha es que los “Honorables Hombres” del departamento de Estado sabían exactamente quien era y que habría sucedido en Italia y al Primer Ministro Aldo Moro.

Eran Vance, Christopher, Reed – "el mejor y el más brillante".

Estados Unidos. La estabilidad.

En “Entrevista con la historia”, libro de entrevistas de la mundialmente conocida periodista italiana Oriana Fallaci, concretamente en una datada en Marzo de 1.976, el personaje entrevistado es William Colby, que había sido funcionario de la C.I.A. durante 28 años, siendo director durante dos años y medio. Lo que podemos leer nos resulta revelador, aun siendo de dos años antes al affaire Moro. Veamos:

O.F..- Veamos si he comprendido bien. Usted considera ilegal, pero legítimo, actuar a travis incluso de los servicios secretos de otro país. El mío, por ejemplo.

W.C..- Depende. A veces es otro Intelligence el que nos ayuda. Depende de la política del país de que se trate. En ocasiones dos países comparten un mismo interés; se sienten, por ejemplo, muy unidos a sus aliados y muy inquietos por la posibilidad de una infiltración. De esa forma trabajamos juntos.

O.F..- Señor Colby, ¿qué harían ustedes, los americanos, si los comunistas ganasen las elecciones en Italia?

W.C..- ¡Nombre un país! jUno nada más!

O.F..- Señor Colby, ¿organizar un golpe, como en Chile?

W.C..- jUn país! jUn solo país! ¿Rumania? ¿Checoslovaquia? ¿Hungría? ¿Polonia?

O.F..- Respóndame, señor Colby: ¿Un segundo Chile?

W.C..- ¿y si, luego, no volviese a haber elecciones? ¿Y si, luego. ocurriese lo que ocurrió con Hider y con Mussolini? Pero ¿es que no se da cuenta de que si durante todos estos años los comunistas se han avenido al juego democrático era porque les convenía? ¿No comprende que, mientras fueron minoría, el sistema democrático les era útil? Pero ¿cree usted de veras gue. cuando lleguen al gobierno, continuarán siendo democráticos? Esa no es gente que diga: “puesto-que-sois-buenos-chicos-os-dejamos-mandar-un-poco”. Su centralismo democrático no tiene nada que ver con la democracia. Y ustedes tienen mejores maneras de resolver sus males que dejándoles ganar las elecciones. Recuérdelo. O ustedes jamás volverán a ganar otras.

(….).

O.F..- Recientemente, el PCI, el PCE el PCF han atacado con cierta claridad a la Unión Soviética.

W.C..- Oh, eso es fácil. También lo hizo Checoslovaquia en 1968. En desquite, han apoyado a la Unión Soviética en muchas ocasiones, y continúan manteniendo con Moscú relaciones excelentes. La política de esos partidos proclama que no deberían existir ni la NATO ni el Pacto de Varsovia. Lo más sencillo, por el momento, es eliminar la NATO. Librarse del Pacto de Varsovia resulta duro. Los comunistas italianos buscan reducir la contribución de Italia a la NATO diciendo, bien, del Pacto de Varsovia nos ocuparemos después. Pero ¿en qué quedaría la colaboración entre militares italianos y americanos, entre el gobierno italiano y el americano, el día que tuviesen ustedes un primer ministro comunista? ¿Cree de veras que existiría una colaboración en interés de la NATO? Yo pienso que surgirían muchas dificultades.

O.F..- Puede. Pero rpetiré la pregunta a la cual no quiere usted responder. ¿Qué harían los americanos si los comunistas accediesen al gobierno?

W.C..- No lo sé. Eso compete a la política de los Estados Unidos. No lo sé.

O.F..- Si que lo sabe, señor Colby. ¿Un segundo Chile?

W.C..- No necesariamente. No sé... Es una pregunta hipotética, no puedo responderle. Depende de demasiados factores. Podría no suceder nada, podríá suceder algo, podría producirse algún error”.

Y así, en una entrevista en el "International Herald Tribune" del año 2.001, el americano se expresa con una claridad contundente, en la que se insiste en la idea de "estabilizar" Italia: "Mi misión como viceasistente del Secretario de Estado y asesor personal del Ministro de Interior italiano era estabilizar Italia de modo que la D.C. no cayese y asegurar que el secuestro no condujese a la toma del gobierno por los comunistas. Yo considero que he llevado a buen término esta encomienda. Una desagradable consecuencia es que Aldo Moro debiese morir" (cita de Piaczenik en Paolo Cucchiarelli, "Morte di un Presidente", Adiano Salani Editore, p. 166).

En su libro, Paolo Cucchiarelli nos dice, sobre la inteligencia americana y como está se ve atravesada por la política: “La distinción entre las fuentes ligadas a los demócratas y las conectadas con los republicanos sew ha dado numerosas veces en la historia de la CIA. Las diversas facciones de la inteligencia americana casi nunca responden a un mando político unitario, fuese quien fuese el presidente de los Estados Unidos, que en la época era el demócrata Jimmy Carter. Este último, apenas instalado en la Casa Blanca, había entablado una batalla contra las estructuras y equipos de la CIA que repondían a grupos y hombres (desde siempre ligados al Partido republicano) que habían entrado en la leyenda negra de la agencia estadounidense” (p. 265).

Y una vez más. Pieczenik y la “estabilidad”: La muerte de Moro permitió salvar un número incalculable de seres humanos, permitío tener bajo control a la derecha reaccionaria y resolver la cuestión P2. Pero sobre todo impedimos a Berlinguer llegar a poder y así evitamos que Europa e Italia fueran desestabilizadas. El gobierno tuvo el tiempo para retomar el control de los servicios de seguridad ….” (declaraciones de Pieczenik reproducidas en el libro de Paolo Cucchiarelli “Morte di un Presidente”, Adriano Salani Editore, p. 192).

Eleonora Moro – la viuda del Presidente tan magistralmente interpretada en la serie de Bellocchio – manifestaría que ya su marido fuera advertido por Kissinger (Secretario de Estado norteamericano) de las graves consecuencias que podría tener el llamado "compromiso histórico" entre democristiano y comunistas lanzado por Moro y Berlinguer. El Presidente habría sido una especie de chivo expiatorio en aras a conseguir una Italia "estable".

Algunos personajes italianos .... pues en Italia estamos.

EUGENIO CEFIS.

En un discurso realizado el 23-2-1.972 en la Academia Militar de Modena, Eugenio Cefis, gran empresario y presunto fundador de la Logia P-2, decía – y este era el sintomático título de la Conferencia - “La mia patria si chiama multinazionale” (“Mi patria se llama multinacional”): https://malastoria.files.wordpress.com/2020/05/cefis-conferenze.pdf. Lanzaba, en realidad, un proyecto político, una propuesta de orientación para el país. Hacía un discurso llamando a ser “cidadanos del mundo”. Para la fortaleza de un país ya no cuentan tanto y sólo “ …. las disponibilidades de recursos y de materias primas, como las capacidades organizativas y la velocidad de adaptación al proceso tecnológico”. Y presenta a aquel público la realidad de las multinacionales, uno de los mayores protagonistas de la historia reciente, en sus palabras, estando determinado el futuro por estos grandes organismos económicos. En el discurso, obviamente, se reivindica el concepto flexibilidad, anticipando muchos argumentos que nos hacen pensar en una mentalidad y estrategia que son preludio de lo que sería la llamada globalización.

Cefis representa una vía de desarrollo y de visión de país que claramente choca con la de Aldo Moro. Por eso no es demasiado inteligible el discrurso del primero de los comunicados de las Brigatte Rosse durante el secuestro de Moro, al acusarlo de ser el verdadero jefe del Stato Imperialista delle Multinazionali (SIM). Acusación claramente infundada.

Massimo Teodori, dirigente durante años del “Partito Radicale”, del cual fue Diputado en varias legislaturas, así como Senador por una coalición de centro-izquierda en otra legislatura, así como Profesor universitario de Historia de los Estados Unidos y sus instituciones , en su aportación a la Comisión de investigación sobre la P2 declaraba que la acción de la P2 se desarrolló en la época en que decae el “Sistema Cefis”, hasta que este desaparece como protagonista en 1977. El texto está disponible en “Commissione Parlamentare d'Inchiesta Sulla Loggia Massonica P2 ( Legge 23 Settembre 1981, N. 527 )”.

ANDREOTTI. GIULIO ANDREOTTI.

En el monumental libro de entrevistas de Oriana Fallaci “Entrevista con la historia” (original “Intervista con la storia”) nos detendremos en la excelente entrevista a Andreotti datada en Marzo de 1.974 (4 años antes del secuestro), por lo que puede tener de revelador:

O.F. “Tengo la impresión de que usted no se prestaría, como algunos sostienen a veces, a apoyar el compromiso histórico”.

G.A.: Claro que no! Yo me trato con los comunistas, pero no para hacer de Kerenski. Además, mire: el compromiso histórico es, a mi modo de ver, fruto de una gran confusión ideológica, cultural, programática e histórica. Y, en la práctica, resultaría el agregado de dos males: el dericalismo y el colectivismo comunista. Mucha gente dice: bah, los comunistas existen, son muchos y pesan, de manera que podrían imponer disciplina, ordenar a su electorado que se comportase bien, etcétera. Pues bien, me parece que no estaría de más abrirles un poco los ojos a los que así piensan. Nuestro sistema está apoyado sobre varios partidos, entre los cuales el socialista pesa singularmente. El compromiso histórico significaría no sólo la liquidación de los auténticos partidos, sino también, y en particular, la del Partido Socialista. El PSI cree, a menudo, poder hablar en nombre, también, de las masas comunistas, y afirma que su fuerza es superior a la representada por los votos. Se arroga, en suma, funciones de intermediario. Pero el día en que los comunistas llegasen a hablar por su cuenta, ya no precisarían de intermediarios. El Partido Comunista tiende, por propia naturaleza, a llevarse por delante a los demás partidos, objetivo que persigue coherentemente, y no de una manera solapada o improvisada. Como toda dictadura, por lo demás. Al principio, las dictaduras se sirven tácticamente de todo el mundo, pero no pueden menos de mantener la mirada fija en un horizonte en el que no exista más que el partido dominante. A mí no me parece ofensivo decir que la lógica del comunismo es el estalinismo. La experiencia de los países comunistas ¿no nos demuestra que no bien abren las puertas les cae encima un aluvión de problemas y se ven obligados a hacer marcha atrás? A mí me hacen sonreír los que se escandalizan a causa de Solzhenitsin. ¿Acaso ignoraban que en Rusia la libertad de pensamiento y de expresión no existe? No, yo no creo en ese compromiso histórico. No me gusta.

Andreotti sostenía que con los comunistas en el Gobierno no hubieran podido instalarse los misiles Cruisse, en un país geopolíticamente tan jugoso como Italia. Aquellos euromisiles pretendían contrarrestar la potencia de la Unión Soviética con su nuclear. Allí se jugaba buena parte de la hegemonía; Mijail Gorbachov admitiría con el tiempo que aquella realidad había conducido a la URSS a un cambio de dirección a modo de repliegue (hasta la Caída, simbólica pero determinante, del Muro de Berlín (1.989). Había ganado Occidente.

BETTINO CRAXI.

El líder del Partido socialista, Bettino Craxi, se reuniría en secreto con Eleonora Moro, esposa del Presidente – como se relata en la serie de Bellocchio – apostando después de ello por la negociación con los brigadistas el 3 de Abril. Igualmente, en la serie se insinúa la posibilidad de que, con el conocimiento de altas instancias de de la Democrazia Cristiana, Moro estuviese retenido en un extyraño lugar, que las fuentes que estudiaron el asunto identifican en Via Gradoli.

LEONARDO SCIASCIA. CÉLEBRE ESCRITOR.

En su referencial libro “El Caso Moro”, el escritor siciliano denuncia la hipocresía democristiana manifestando, por ejemplo, que desde los años `60 en el grupo dirigente democristiano había un número creciente de “practicantes no creyentes”, un mundo cínico en el que no se atenúa con una moral la simple y desnuda “razón de Estado”, el ejercicio pragmático y frío del poder.

Es como si un moribundo se levantase de la cama, de un salto se agrarrase a la lámpara del techo como Tarzán a una liana y, sano y vigoroso, se lanzara a la calle por la ventana. El Estado italiano ha resucitado. El Estado italiano está vivo y es fuerte y duro. Lleva más de un siglo conviviendo con la mafia siciliana, con la camorra napolitana, con el bandolerismo sardo; lleva treinta años siendo un Estado corrupto e incompetente, despilfarrando y malversando el dinero público impunemente, lleva diez años aceptando lo que De Gaulle llamó – y no aceptó – “el recreo”: aulas ocupadas y destrozadas, violencia de los jóvenes entre sí y con los profesores. Pero ahora, ahora que las Brigadas Rojas tienen prisionero a Moro, el Estado italiano se alza fuerte y solemne ¿Quién osa dudar de su fuerza, y menos que nadie Moro, en la “prisión del pueblo” (Leonardo sciascia, “El Caso Moro”, Ed. Tusquets, p. 62).

LA "PROPUESTA LEVI".

El día 29 de Marzo, el director del diario de Torino “La Stampa”, Arrigo Levi, lanza la propuesta de que dimita el Presidente de la República, Leone, designándose a Aldo Moro en su lugar. Propuesta que es acogida con sorpresa y frialdad, sin encontrar eco.

MÁS PROPUESTAS INCÓMODAS. "LOTTA CONTINUA".

CHAPUZAS”. ERRORES DE BULTO.

El día 17 de Marzo se produce un acontecimiento que, en su libro, Leonardo Sciascia relata así: "La policía detiene a un joven empleado como sospechoso de complicidad en el secuestro de Aldo Moro. Dos días después, el juez encargado del caso lo pone en libertad por falta de pruebas. (Nótese el gran error de estrategia polocial que supone detener enseguida a un sospechoso de secuestro en lugar de seguirlo y espiarlo" (pp. 141-142).

Posteriormente, según se nos cuenta, el día 3 de Abril, la policía arresta a miembros de la extrema izquierda y efectúa registros; otro fiasco: casi todos los arrestados son puestos en libertad por la autoridad judicial. Parece ser que la policía se había apoyado en su actuación en datos conseguidos en 1.968 (¡ una década antes !); en el tiempo transcurrido muchos de aquellos extremistas habían cambiado su militancia en una dirección constitucionalista, particularmente en el P.C.I.



MÁS PROPUESTAS Y SITUACIONES INCÓMODAS. "LOTTA CONTINUA".

"Lotta Continua", periódico de izquierda radical, y desde luego a la izquierda del P.C.I. hace un llamamiento pidiendo que Moro fuese liberado. Firman la petición no sólo voces consideradas de la izquierda radical, como Dario Fo, sino también intelectuales católicos y laicos y algún comunista como Umberto Terracini. Los brigadistas responden invitando a los firmantes a dirigir la petición a la Democrazia Cristiana y al Gobierno de Italia para que liberen a sus camaradas presos.

(POSIBLES) RAMIFICACIÓN EXTRANJERAS:

Emmanuele de Francesco, cuestore de Roma, lanzó durante el secuestro la teoría de que el lugar a donde Moro fue trasladado en primer lugar tras su secuestro a algún lugar que gozaba de las prerrogativas de la “extraterritorialidad”, según comenta Paolo Cucchiarelli en la obra citada (p. 244). Diversas voces hablaron, quizá para contrarrestar la hipótesis anterior, de embajadas de algún Estado del otro lado del telón de acero, mencionándose en la prensa concretamente Checoslovaquia.

En “El caso Moro”, Sciascia realiza una afirmación contundente: “A la cuestión de si hubo contactos entre las Brigadas Rojas y grupos terroristas extranjeros podemos contestar sin dudarlo: los hubo, aunque no se sabe con qué frecuencia ni con qué alcance. Ahora, sobre las tramas, complots y relaciones internacionales que pueden haber existido más allá y por encima de los contactos de los grupos terroristas nada se sabe a ciencia cierta. Y es lógico: este tipo de cosas se saben con los años, gracias al examen de los archivos, al trabajo de los historiadores. Podemos decir que hay nombres de países que se repiten con cierta frecuencia: países de Oriente Medio, Checoslovaquia, Libia y, últimamente, Bulgaria” (p. 182).



Tres películas o series a ver.

1) “EL CASO MORO” (dirigido por Giseppe Ferrara).

Película italiana de 1.986, con el gran Gian Maria Volonté en el papel estelar, busca reconstruir los 55 días en que Aldo Moro permaneció secuestrado por las Brigatte Rosse, hasta su ejecución.

Basada en un libro de 1.982 de Robert Katz, “Los días de la ira. El caso Moro sin censuras”, las críticas más o menos explícitas a las clases dirigentes italianas son más que evidentes.

Secuestrado por las Brigadas Rojas y prisionero en una habitación, el político democristiano Aldo Moro (Presidente del Consejo de Ministros) permanece 55 días privadode libertad, siendo sometido a constantes interrogatorios de los brigadistas, que lo someten a un “proceso popular” a la vez que hacen públicas en la prensa las condiciones para una eventual liberación, ante el desconcierto de las altas instancias del Estado.

Con una narración ágil y simple, sin pretenciosidad, pretende reconstruir en la medida de lo posible de un modo verosímil aquella semanas primaverales de la Italia del `78.

Estamos en los llamados “años de plomo”; extrema derecha y extrema izquierda cometían atentados, y los brigadistas pretendían atacar el “corazón del Estado”, aquel Estado al que llamaron SIM (“Stato imperialista delle multinazionali”). El compromiso histórico que unía a Berlinguer y Moro – y pretendía unir P.C.I. y D.C. - rompía esquemas guerracivilistas despistando y desorientando a muchos actores de la política italiana.

Cine comprometido, dispuesto a indagar en la verdad, y en las razones (o sinrazones) de los hechos, el film de Ferrara tiene casi valor perodístico y documental, crea tensión y expone con realismo la que hay en los acontecimientos.

Gran elección la de Gian Maria Volonté para dar versosimilitud al personaje de Moro. Excelente actor que siempre aporta verdad en su trabajos, además de implicarse en sus papeles de un modo muy personal y muy creíble. En el marco de un film que logra bastante una pretensión de objetividad a la par que pinta un cuadro crudo y crítico de la clase política italiana, llena de dinosaurios que llevaban el país, y el Estado, a la hipertorofia.

Reseña: https://www.filmaffinity.com/es/film789870.html


2) “BUONGORNO NOTTE” (dirigida por Marco Bellocchio).

El caso Moro es recreado por el director Marco Bellocchio basándose en el libro “Il prigionero”, de la brigadista (y protagonista de los hechos) Anna Luisa Braghetti, aunque sin seguir su relato, interpreta el acontecimiento llenando huecos y ofreciendo una hipótesis / relato de lo que este pudo ser y de lo que significó a los ojos de los protagonistas.

Con una fuerte carga psicológica más que explicatoria del contexto político (aunque este emerge en actos y ambientes), Bellochio se atreve en un film en el que más que respuestas se encuentran preguntas.

La brigadista “Chiara” (una espléndida, como siempre, Maya Sansa) es protagonista indiscutible, es el ojo de los acontecimientos, con una personalidad fracturada entre el ideal revolucionario dispuesta a entregarse a la lucha armada y la pulsión humana de compasión hacia el débil de la coyuntura: el onorevole Moro. La atmósfera en la que vive es claustrofóbica. Lúgubre, pero en esa niebla debe vivirse una cotidianeidad llena de actos intrascendentes.

El componente onírico está muy presente en este film de la marca Bellocchio, así como una cierta irreverencia en la que los personajes s escapan de la imagen que apriorísticamente podemos formarnos del personaje.

Anticipando casi dos décadas lo que sería la serie por él dirigida “Esterno Notte”, y en ese plano fantasioso, Bellocchio nos muestra en una escena a un Moro libre por las calles previamente a otra en la que se observa que va ser asesinado.

Los sueños de Chiara caen, presentándose a los ojos de ella la vulgaridad e inversosimilitud de un supuesto “proyecto” que no es tal. La brigadista está asustada, pero su desconcierto lucha fuertemente con su compromiso idealista.

No es un film para recrear verídicamente los hechos o hacer hipótesis sobre como estos debieron producirse o para hacer hipótesis políticas o históricas: es un sueño, una indagación en la mente de los protagonistas y quizá en la del espectador.

Reseña: https://www.filmaffinity.com/es/film833866.html


3) “ESTERNO NOTTE” (serie dirigida por Marco Bellocchio).

Una serie de 6 episodios la de Bellocchio, “Esterno Notte”, en la que se nos comienza mostrando la foto mundialmente conocida de un Renault 4 de color rojo en la calle romana Via Caetani. De aquella foto, de aquel escenario nace la gran historia de una semanas trágicas de una primavera italiana. El director nacido en la Emilia Romagna ya abordara el caso Moro en un film de 2.003: “Buongiorno, Notte”.

El director nos cuenta una tragedia colectiva desde distintos puntos de vista subjetivos. Cada episodio nos narra como vivieron los hechos – de comienzo a fin – los grandes protagonistas, incluyendo por supuesto las personas más próximas al político democristiano.

El episodio 1º aborda los momentos anterirores al secuestro, en tanto el 2º se centra en el Ministro del Interior, Francesco Cossiga) en todas sus debilidades y flaquezas (a pesar de ser hombre brillante). El 3º aborga la figura del papa Pablo VI, amigo personal de Moro, y su amarga soledad e impotencia. El punto de vista brigadista (colectivo) puede verse en el 4º capítulo, en tanto en el 5º la protagonista es la esposa Eleonora Chiavarelli, personaje riquísimo pscicológicamente y magistralmente interpretado. Finalmente, el 6º episodio se concentra en los terribles últimos días y los intentos desesperados de que no se consumara el dramático acontecimiento.

¿Qué Moro se nos muestra en la serie? Un hombre elegante y equlibrado, silencioso pero carismático, lúcido, con pensamiento estratégico que huye del cortoplacismo, seguro de sí mismo pero con capacidad dde escucha y comprensión …. pero atormentado, conocedor de las miserias que le rodean cotidianamente y por eso temeroso del fatal desenlace.

Moro ha caído en un agujero negro, un vacío político que lo deja en el más absoluto desamparo, en el que el Estado ha desaparecido en una pequeña habitación donde la única luz que puede haber es artificial.

La guerra civil italiana se juega en más escenarios de los previsibles y conocidos/evidentes. Ahí es donde el soldado Moro no puede encontrar quien pueda salvarlo. Una Italia lúgubre, herida, dividida, despiadada.

Y en su aparante insustancialidad, los personajes se delatan sin necesidad de ser explícitos: Andreotti, viejo zorro y “hombre de Estado” dominado por la “razón de Estado”, piensa en como preparar los días siguientes a un acontecimiento que asume como inevitable; Cossiga se nos muestra abatido, incapaz de afrontar los acontecimientos, oscuro y (toda una metáfora) no deja de ver manchas en sus manos. Zaccagnini, gran hombre de la democrazia Cristiana y señalado en realidad por los secuestradores como persona que puede dar “la última palabra”, simplemente no comparece, mira para otro lado y disimula.

La serie, una Gran serie, excelente, tiene golpes realmente bellos sobre un fondo trágico. La expresividad es conmovedora, toca (digamos en italiano toccante). Moro es un Cristo psando por las diversas estaciones del Calvario, sin afeitar y con los ojos humedecidos, lánguidos, temerosos.

Elenora (interpretada por la actriz Margherita Buy) es el personaje que estimamos más grandioso, más conmovedor, más lúcido, más humano. Ha estado durante décadas al lado de un hombre-personaje y conoce sus entrañas, como parece conocer las entrañas del Estado que no hará lo suficiente – si hace algo – por salvarlo. Vive una espera sin esperanza, pero en su soledad y silencio (que, además reclama) está al acecho de cualquier signo, de cualquier rendija de posibilidad, de esperanza. La elegancia y discrección con la que se nos pinta a quien está condenada a ser viúda van acompañadas de la crueldad de aquella “alta política” en el que la impiedad lleva incluso a hacer pasar por loco a aquel hombre de Estado que Moro era. Nos sugiere aquel aforismo de Nietzsche: “Amo a aquel que es profundo aun en la herida”. Herida y lúcida, reivindica la “cristiandad” , un cristianismo profundo y sincero, de su marido frente al oportunismo y miseria que le rodea, comparando a Andreotti, en su tortuosidad, con una serpiente. La esposa – consciente de su soledad, de que “ya” nadie hará nada - llega a hacer un comunicado en el que, distanciándose del Partido y los falsos amigos que lo han abandonado.

Los brigadistas protagonizan otro capítulo más que interesante. Parecen preparar el terreno para la ejecución. Frente a una contraparte que parece mirar para otro lado, ellos son ejectutivos y se aprestan a ser ejecutores. Pero también se muestrans sus discordancias internas, los debates en la Organización y su entorno, no siempre favorable a la drástica medida. Siendo mostrados en su cotidianeidad ciudadana y en sus dudas, una conversación nos parece especialmente significativa sobre el disenso en el sentido de la vida y el sentido de la acción política (revolucionaria):

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Un momento particularmente conmovedor, en el episodio final, es aquel en el que es enviado a su prisión un confesor, con el que habla sin tapujos y desde lo más profundo del alma, confesando su verdadera aversión por las personas, o muchas de ellas, con las que ha compartido quizá los momentos más significativos de su vida pública. Su rabia es un grito silencioso que ya nadie oirá, salvo este confesor que también es consciente de lo que le depara a Moro el futuro inmediato. Las palabras de este hombre discreto se hacen llamas: “Odio al onorevole Andreotti …. ha sido el director de todo este asunto, un hombre frío, impenetrable, sin una duda, sin un latido, sin un momento de piedad humana”.

Y es que Moro, atrapado en aquel agujero, sabe perfectamente lo que está pasando más allá de aquellas paredes, siente y presiente a la gente que, perteneciendo a su entorno, puede o podría decidir. Cuando es conducido a la muerte (en otra brillante imagen de un film brillante también plásticamente) el Ministro Cossiga corre por los pasillos buscando alguna noticia y ve ensangrentado el plano de Roma, sin saber que hacer, superado por el miedo y llorando.

Y una escena fabulosa: en el hospital, en cama, un Moro lloroso mira los rsotros hieráticos de Andreotti, Zaccagnini y Cossiga, que a sú vez , inexpresivamente, lo miran. Quizá sorprendidos: esperaban no haber visto nunca más vivo a Aldo Moro. Si las Brigatte Rosse se hubieran separado del guión que la Historia les asignó (y voces desde dentro y desde el entorno así lo demandaban), esta escena hubiera sido real. Pero no fue así; como otras, esta escena es una recreación que nos pone ante los ojos las posibilidades de lo que podría haber sido. No fue así: el cuerpo encontrado en aquel coche rojo era un cadáver.

Y, como quien dice, con el cadáver aún caliente, Andreotti y Cossiga siguen sus vidas, ocupan nuevos cargos. Aquella Italietta de la que hablara Pasolini sigue su camino, olvidando el pasado o sin tenerlo en cuenta. Con trágico cinismo, con patética crueldad.

Excelentes actores y actrices, excelente traslación a aquella Italia, excelent(ísimo) guión y más que creíbles escenarios. Un film bello y toccante, una joya cinematográfica. Lleno de sensibilidad sin sensiblería, sin relato bienpensante intuible en el fondo. Coherente y honesto. Simplemente. Nada menos.

Puede verse en FILMIN: https://www.filmin.es/serie/exterior-noche


El inmediato “después” …. Fin.

En “Esterno Notte”, Marco Bellocchio relata magistralmente el ambiente de la ceremonia fúnebre en la romana Basílica de San Giovanni in Laterano, presidida por el papa Pablo VI y ejerciendo de oficiante el Cardenal Poletti. Asisten los hombre fuertes del Estado y del Partido; no así – significativamente – la familia de Aldo Moro: ni sus hijos ni su mujer. Las palabras de Paolo VI son estremecedoras: “Tú, oh Señor, no has atendido nuestro ruego”.

Imagen: Pixabay.


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