Armonía matrimonial

 


Nació Paul Leonard, aunque en el mundo profesional prescindió del Leonard. Wikipedia dixit. Nos dice también que fue actor, director y productor cinematográfico estadounidense. Algún que otro Óscar y otros premios - no menores - adornan su curriculum.

Aficionado al automovilismo, no lo hizo mal sobre ruedas, así como en alguna empresa que fundó.

Fue aquel shabra rubio y elegante de “Exodus” (https://www.youtube.com/watch?v=5nVBvnX9DQU). Hizo excelentes papeles de hombre ácido en películas corrosivas con Lyz Taylor (https://www.youtube.com/watch?v=Sycwoy9PAyY). ¿Cómo olvidar sus papeles en “El color del dinero” (https://www.youtube.com/watch?v=MJyKyfdfS2Y), o - con Redford - en “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (http://www.youtube.com/watch?v=1IbStIb9XXw)?
Minucias. Eso lo hace cualquiera, y si lo pensamos bien se trata de cosas menores. En el fondo irrelevantes. Incluso podría decirse que eso lo hace - o lo podría hacer - cualquiera y no es nada sobrehumano.

Pero lo que debemos aprender de él, lo que quedará para siempre, es la lección magistral de cómo mantener unida una pareja. Las instituciones son importantes - el matrimonio lo es, la pareja lo es -. Eso sí es algo determinante para el bienestar de la Humanidad, para el bien común de la especie. El texto que a continuación se reproduce es parte de la entrevista realizada a Paul Newman y publicada en el Magazine del diario EL MUNDO de fecha 11 de agosto de 2.002 (http://www.elmundo.es/magazine/2002/150/1028887546.html ).

P. Su matrimonio de 44 años es toda una institución norteamericana. Cuál es el secreto de este éxito personal?

R. No es ningún secreto, así que se lo voy a revelar por si le es útil a alguien. La fórmula consiste en que ella toma las pequeñas decisiones y yo, las grandes, las que importan. Ya está.

P. ¿Por ejemplo?

R. Pues, cuando hubo que decidir dónde vivir, ella eligió Connecticut. Una decisión nimia. Cuando hubo que escolarizar a nuestras hijas, ella eligió el colegio. En qué ciudad vivir, ella decide Westport. Cuando hay que decidir si votar demócrata o republicano, ella decide demócrata. Cuando hay que ir de vacaciones con los nietos, ella elige el lugar y reúne el clan. Todo eso lo hace cualquiera. Eso sí, cuando llegan los grandes temas, estoy al frente. Que hay que decidir qué política exterior seguir con las dos Chinas. Eso lo decido yo”.

Por si le es útil a alguien ….” nos dice. ¿Se puede ser más humilde y menos pretencioso?

Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=u8JrWybxD3I

Y queremos acabar con una cita de Erich Fromm en su "Miedo a la libertad": … Si el individuo la posee, también la posee con respecto a sí mismo; si tan sólo puede “amar” a los otros, es simplemente incapaz de amar.

El egoísmo … no es idéntico al amor a sí mismo, sino a su opuesto. El egoísmo es una forma de codicia. Como toda codicia, es insaciable y, por consiguiente, nunca puede alcanzar una satisfacción real. Es un pozo sin fondo que agota al individuo en un esfuerzo interminable (…)

(…) El individuo que se desprecia, que no está satisfecho de sí, se halla en una angustia constante con respecto a su propio yo. No posee aquella seguridad interior que puede darse tan sólo sobre la base del cariño genuino y de la autoafirmación” (Erich Fromm, “El miedo a la libertad”, Ed. Paidós, p. 124).

O dos, por el precio de una: “El amor se funda en la igualdad y en la libertad. Si se basara en la subordinación y la pérdida de la integridad de una de las partes, no sería más que dependencia masoquista, cualquiera que fuera la forma de racionalización adoptada” (Erich Fromm, “El miedo a la libertad”, Ed. Paidós. p. 162).

Imagen: Pixabay.


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